Cuando la vulnerabilidad te hace más fuerte

Las personas que me conocen muy bien saben que no he escrito en el blog desde hace mucho tiempo porque han sido unos meses complicados, pero aquí estoy otra vez: "año nuevo, vida nueva" y dispuesta a continuar compartiendo mis reflexiones con vosotros, quienes generosamente leéis con cariño cada post.

El año que acabamos de dejar atrás ha sido uno de los más intensos, difíciles y a la vez constructivos que he vivido últimamente.

He podido escribir el epílogo del libro #TufuturoEsHoy escrito por mis grandes amigos Francisco Alcaide y Laura Chica y prologado por otra gran amiga, Eva Collado Durán. Acompañarles en la presentación del libro en Madrid rodeada de tantas caras amigas, donde el cariño en la sala se palpaba en el ambiente fue todo un subidón de energía positiva.


Tras doce años arrastrando una amaxofobia por un accidente de tráfico cuando estaba embarazada de mi primer hijo, no sólo he conseguido volver a conducir, sino que en abril me compré un coche y ahora conduzco de una provincia a otra, por ciudad o por cualquier tipo de carretera secundaria o autovía, como si fuera lo más natural del mundo y lo hubiera hecho durante toda mi vida. Parece increíble, ¿verdad? Vosotros también podríais hacerlo, os lo aseguro.

He conseguido superar una depresión y salir de una organización donde el ambiente de la dirección que me rodeaba era excesivamente tóxico y empezar una nueva etapa profesional lejos de mi familia y de mi hogar, pero con mucha ilusión, porque supone un gran reto en mi carrera. Aunque echaré mucho de menos a los excelentes compañeros y amigos que me han acompañado en el camino hasta ahora.    

Y no me importa compartir todo esto con vosotros, es importante asumir los problemas cuando llegan para poder superarlos porque como dice el título del post: 
la vulnerabilidad nos hace más fuertes.

Nuestro estado de ánimo tiene mucho que ver con cómo nos relacionamos con las cosas, porque no podemos cambiar lo que nos pasa, pero sí la manera de reaccionar ante lo que nos ocurre.
Hemos de trabajar con nuestras posibilidades y oportunidades, no con nuestras limitaciones, así que cambiemos en nuestro lenguaje el concepto problema por el de oportunidad.

La mayoría de las veces nuestro peor enemigo está dentro de nosotros mismos. Los miedos suponen una gran barrera porque cuando nos asustamos no podemos desarrollar nuestras capacidades al cien por cien.


El miedo limita nuestra vida, bloquea nuestros recursos emocionales y sé bien de lo que hablo, porque he vivido dentro de una cárcel llamada fobia durante más de una década.

Todos tenemos talentos, fortalezas y energías dormidas en nuestro interior, pero a lo largo de nuestra vida nos cruzamos con demasiados asesinos de sueños, esperanzas e ilusiones.

Lo más importante es que en nuestro inconsciente hay dos grandes fuerzas: la que nos anula, aquella en la que residen todos nuestros pensamientos tóxicos y otra que está más oculta y es más difícil llegar, pero es la que nos ayuda a desarrollar nuestro potencial.

La verdadera talla de una persona se demuestra en los momentos más difíciles. Cuando la vida nos plantea un desafío sale lo mejor o lo peor de un ser humano.
Sacar lo mejor de nosotros es difícil pero es la única manera de influir en aquello que nos sucede y convertirnos en dueños de nuestro futuro.

Por supervivencia huimos de lo que nos produce dolor, miedo, tristeza, etc. pero el crecimiento personal tiene lugar cuando nos reencontramos con nuestras emociones en las situaciones que nos ponen a prueba.

Nuestro pasado NO predice nuestro futuro porque nuestro futuro lo creamos nosotros con cada decisión que tomamos hoy, ahora mismo.



Nos pueden arrebatar todo, pero jamás nos podrán quitar la libertad de elegir, elegir nuestra actitud, nuestro camino.

¿Por qué no aprovechamos este nuevo año para decirle adiós a nuestros miedos y convertirnos en los creadores de nuestro futuro? 
Yo ya lo he hecho. 
Nadie dijo que fuera fácil, pero la buena noticia es que no es imposible.



"Hay dos tipos de personas que te van a decir que tú no puedes aportar una diferencia a este mundo: aquellos que tienen miedo de intentarlo y aquellos que tienen miedo de que seas tú el que tenga éxito."


Ray Goforth